Catherine Lucille (o Lucile según algunas versiones) Moore nació en Indianápolis el 24 de enero de 1911. Fue de pequeña, una niña enfermiza y esta situación propició su carácter introvertido y entregado a la imaginación, que alimentaba con su afición a la lectura, una de sus escasas distracciones en los largos períodos de convalecencia que tuvo que sufrir. Una vez pasada la adolescencia, su salud se fortaleció y esto le permitió iniciar estudios universitarios en Illinois. Asistió a la Universidad de Indiana durante dos años, pero debido a las duras condiciones económicas (acaba de empezar la llamada Gran Depresión) se vio obligada a abandonar la carrera y tuvo que trabajar como secretaria en un banco.
Durante todo el día mecanografiaba todo aquello que su trabajo como secretaria del presidente del banco se le solicitaba, pero por la noche, después de que el banco cerraba sus puertas, escribía historias que esperaba le ganaran un lugar en las revistas pulp del momento. El primero de sus relatos fue “Shambleau” el cual pretendió vender a la revista Wonder Stories. Sin embargo, esto no desanimó a Catherine quien volvió a intentarlo y logró que su cuento fuera publicado en el número de noviembre de 1933 de la revista Weird Tales.
Antes de que Moore apareciera en el escenario de las historias pulp, los relatos tenían mucha ciencia (o más bien pseudociencia ya que el rigor científico no era un requisito necesario para escribir cuentos) y poca emoción. Catherine cambió eso: "Hasta ese momento", escribió Lester del Rey, "los lectores de ciencia ficción habían aceptado las historias mecanicistas y sin emociones de otros mundos y tiempos futuros sin dudarlo. Sin embargo, después de la publicación de la historia de Moore ["Shambleau"], la desolación de tal escritura nunca volvería a ser satisfactoria".
Farnsworth Wright el redactor jefe de Weird Tales estaba tan satisfecho al leer el relato “Shambleau” que decidió darles un día extra de vacaciones a sus empleados. Este fue un hecho sorprendente considerando que tal honor no lo dedicó a alguno de sus colaboradores habituales, autores de la talla de Howard Phillips Lovecraft, Robert E. Howard o Clark Ashton Smith, sino a un recién llegado completamente desconocido. Este nuevo autor firmaba su narración como C. L. Moore de manera que nadie en Weird Tales ni ninguno de sus fieles seguidores sabían que detrás de esas iniciales. se escondía una muchacha de veintidós años. Catherine Lucille.
“Shambleau” presentó por primera vez al personaje Northwest Smith, un precursor de los héroes interplanetarios tipo Han Solo. Northwest Smith fue el héroe de las primeras cuatro historias que Moore escribió para Weird Tales. Luego vino Jirel de Joiry, la reconocida primera heroína en el campo de la fantasía heroica, entonces dominada por el Conan de Robert E. Howard. Northwest y Jirel intercambiaron de un lado a otro como protagonistas de su ficción para "The Unique Magazine".
En 1935 participó en un juego literario que merece la pena mencionarse. Con motivo del tercer aniversario del popular fanzine Fantasy Magazine, Julius Schwartz le se propuso a cinco autores de fantasía escribir un relato junto, redactando cada uno una parte. El resultado se tituló The Challenge From Beyond y en el participaron, por orden: C. L. Moore, Abraham Merritt, H.P. Lovecraft, Robert E. Howard y Frank Belknap Long. El hecho de que C. L. Moore fuera elegida para formar parte de tan selecto grupo de autores nos sirve para percatarnos de su excelente reputación y del gran número de lectores que simpatizaban con su obra.
Uno de aquellos seguidores era un joven de Los Ángeles llamado Henry Kuttner, aspirante a escritor que aún tardaría un par de años en debutar con el magnífico cuento de terror The Graveyard Rats en 1936. Kuttner envió una carta a ese Mr. Moore que tanto le gustaba para así expresarle su admiración y podemos imaginarnos su grata sorpresa cuando descubrió que C. L. Moore era una mujer. Ambos iniciaron una relación en la que se conjugaría pronto profesión y amor. En 1937 unieron sus plumas para elaborar la historia "Quest of the Starstone" la cual es un crossover entre los dos personajes más populares de Moore: Northwest Smith y Jirel de Joiry, y fue ilustrada por el futuro padrino de Kuttner, Virgil Finlay.
Henry Kuttner y Catherine L. Moore contrajeron nupcias en Nueva York el 7 de junio de 1940. Su relación convirtió en habitual aquella primera colaboración literaria de 1937 y ambos empezaron a producir juntos relatos para las revistas pulps del momento, generalmente bajo seudónimos, siendo los de Lawrence O'Donnell y Lewis Padgett los más habituales.
Bajo el seudónimo de Lewis Padgett, la pareja comenzó a publicar en Unknown. A Gnome There Was fue el primer relato que apareció con el nuevo nombre, en octubre de 1941, para continuar después en Astounding, ofreciendo textos que se convertirían en los más brillantes de sus carreras literarias. Parece ser que ambos se repartían el trabajo con Kuttner ideando los argumentos y desarrollando la acción, mientras Moore, más amiga de la descripción detallada, se detenía en la ambientación. Fuera cual fuese el método, puede afirmarse con seguridad que el fruto de su colaboración fue algo más que la suma de dos individualidades. Hasta entonces ambos habían escrito buenos relatos fantásticos en la tradición del pulp norteamericano: serios y melodramáticos, recargados en su estilo y abundantes en estereotipos.
La última historia de Catherine para Weird Tales fue una reimpresión, "Nymph of Darkness", en coautoría con Forrest J Ackerman. Oportunamente, se imprimió en el número de diciembre de 1939. Seis meses más tarde, Catherine estaba casada y vivía en la costa este, comprometida en una colaboración de escritura con su esposo que duraría casi dos décadas. A fines de 1940, el editor de Weird Tales, Farnsworth Wright, estaría en su tumba y el apogeo de la revista llegaría a su fin.
Su colaboración con Kuttner no quiere decir que C. L. Moore dejara de escribir en solitario. En el número de agosto de 1943 de la revista Astounding, por ejemplo, apareció su novela corta Judgment Night, en su antiguo estilo de aventuras espaciales cargadas de erotismo (la historia se desarrolla en un satélite de placer). Completamente diferente es Doomsday Morning 1957, su última novela como C. L. Moore, retrato de una Norteamérica fascista en un estilo narrativo cercano al de la novela negra. No obtuvo demasiado éxito, tal vez porque en plena caza de brujas su tema despertaba escasas simpatías entre los lectores.
Los esposos probaron suerte en la literatura policíaca, que ofrecía un mercado más amplio. The Brass Ring (1946) y The Day He Died (1947) fueron publicados bajo el seudónimo de Lewis Padgett. Ante su progresiva dedicación, probablemente su obra de misterio habría acabado siendo más numerosa que la de ciencia ficción, como en el caso de Fredric Brown.
A partir de los años cincuenta sus trabajos fantásticos fueron cada vez menos frecuentes. Pese a ser escritores prolíficos, en aquellos años la ciencia ficción difícilmente daba para vivir. Las revistas no pagaban demasiado y la edición de libros del género se hacía con cuentagotas y siempre como literatura barata por la que los autores recibían pocas regalías. Los Kuttner decidieron explorar otros caminos. Por lo pronto volvieron a la universidad. Kuttner obtuvo su título en 1954 y Moore en 1956. Henry Kuttner se dedicó a dar clases de escritura mientras preparaba su tesina.
El 3 de febrero de 1958 una trombosis coronaria terminó con la vida de Kuttner. Tenía sólo cuarenta y tres años. Su prematura muerte no sólo nos privó de un excelente escritor, sino que, en una carambola desafortunada, acabó con dos. Catherine L. Moore no volvió a publicar tras la muerte de su marido. Se dedicó a la enseñanza, en un principio, y cuando volvió a escribir lo hizo en exclusiva como guionista de televisión, actividad en la que se inició con Kuttner poco antes de su muerte, escribiendo el telefilm The Face In The Tombstone Mirror (1958), de la serie Tales of Frankenstein. Ya sola, aparecería como Catherine Kuttner en los créditos de las series Sugarfoot (1958-1959), The Alaskans (1959), Mr. Garlund 1960, 77 Sunset Strip (1960-1961) y Maverick 1963.
En 1963 Catherine decide contraer matrimonio nuevamente con el empresario Thomas Reggie. Desde ese momento abandona definitivamente su actividad literaria. A partir de aquel momento su vida transcurrió en el anonimato. Sólo en la década de los ochenta volvió a acercarse al mundo de la ciencia ficción como asistente en algunas convenciones, donde se le rendirían honores como primera gran dama del género; pero esa reaparición sería breve. Víctima del mal de Alzheimer, fue hospitalizada en 1984, deteriorándose lentamente su salud. C. L. morirá tres años después, el 4 de abril de 1987, víctima del mal de Alzheimer.
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