Science Fiction Quarterly fue una revista pulp estadounidense de ciencia ficción que se publicó de 1940 a 1943 teniendo una “resurrección” o segunda época de 1951 a 1958. Esta revista fue publicada por Louis Silberkleit durante el boom de las revistas de ciencia ficción a finales de los años 1930.
Uno de los empleados de Hugo Gernsback, Louis Silberkleit, estableció su propia editorial en 1934 cuando fundó la Winford Publishing Company. Hacia finales de la década de 1930 Silberkleit decidió lanzar una revista pulp de ciencia ficción a través de su editorial Blue Ribbon Magazines; el título que eligió fue Science Fiction. Gernsback le recomendó a Silberkleit que nombrara como editor a Charles Hornig, quien ya tenía experiencia en el puesto por haber trabajado en Wonder Stories para Gernsback de 1933 a 1936. Silberkleit aceptó la recomendación y contrató a Hornig en octubre de 1938. Hornig no tenía despacho en la editorial así que trabajaba desde su casa yendo a la oficina solo lo necesario para dejar los manuscritos y el material de impresión rechazado, y recoger las pruebas tipográficas.
Con el fin de repartir costes entre sus revistas, Silberkleit decidió lanzar dos títulos adicionales.En noviembre de 1939 apareció el primer número de Future Fiction, que fue seguido en julio de 1940 por Science Fiction Quarterly. Hornig fue el editor de las tres revistas. En octubre de 1940, Hornig recibió una citación para la prestación del servicio militar, pero era pacifista y decidió trasladarse a California y registrarse como objetor de conciencia. Siguió editando las revistas desde la costa oeste, pero Silberkleit estaba descontento con el arreglo.
Silberkleit permitió a Hornig conservar su puesto como editor de Science Fiction y ofreció la dirección de los otros dos títulos a Sam Moskowitz quien declinó la oferta. Donald A. Wollheim había oído hablar de la oferta y le recomendó a Robert W. Lowndes que le escribiera a Silberkleit quien lo contrató en noviembre de 1940.
Science Fiction Quarterly buscó reimprimir una novela en cada número como historia principal; Silberkleit consiguió los derechos de reimpresión de dos de las primeras novelas de ciencia ficción y de varios de los libros de Ray Cummings. Sin embargo, los editores Hornig como Lowndes contaron con presupuestos muy reducidos para llevar adelante la revista. Hornig trabajó con Julius Schwartz, un agente literario amigo suyo, lo que le dio acceso a los relatos de los escritores representados por Schwartz, aunque este no permitiría que aparecieran los nombres reales de sus autores a menos que se les pagara al menos un centavo por palabra. Hornig no podía pagar esa tarifa en todo lo que compró, por lo que pagó medio centavo por palabra en muchas de sus adquisiciones a través de Schwartz, por lo que estos relatos se publicaron bajo seudónimos. Como era de esperar, debido a sus bajas tarifas, las historias enviadas a Hornig generalmente ya habían sido rechazadas por las revistas que pagaban mejor. El resultado fue una ficción mediocre, incluso la de los escritores reconocidos que Hornig fue capaz de atraer. Además, las revistas pagaban a la hora de la publicación, no a la aceptación, y este retraso en el pago también desalentó a algunos autores de presentar sus trabajos.
Los primeros números de Lowndes como responsable fueron el de primavera de 1941 de Science Fiction Quarterly y el de abril de 1941 de Future Fiction Inicialmente Silberkleit mantuvo un control más estricto sobre las selecciones editoriales de Lowndes que el que mantuvo con Hornig, y vetó cinco de los siete relatos propuestos por Lowndes para el número de abril de 1941, pero ya por el número de agosto de 1941, Lowndes recordó posteriormente que Silberkleit «estaba satisfecho y sabía lo que yo estaba haciendo, y ... no necesitaba supervisar ninguna de las historias que yo había aceptado».El número de primavera de 1943 fue el último de la primera etapa de Science Fiction Quarterly; Silberkleit se vio obligado a dejar algunas de sus revistas debido a la escasez de papel en tiempos de guerra, y decidió conservar sus revistas de wértern y de detectives en su lugar.
Lowndes pudo sacar la revista adelante gracias a la colaboración de sus amigos los Futurianos, un grupo de jóvenes escritores entre los que se encontraban Isaac Asimov, James Blish y Donald A. Wollheim. La segunda etapa de la revista siguió con la política de publicar una novela como referente principal, sin embargo, la práctica las mejores historias eran los relatos de menor extensión.
Lowndes también atrajo a algunos nuevos escritores, como Poul Anderson, William Tenn o Arthur C. Clarke. Second Dawn, de Clarke, que apareció en el número de agosto de 1951, está entre las mejores obras que Lowndes pudo conseguir; también publicó La última pregunta, de Isaac Asimov, en el número de noviembre de 1956, y Common Time, de James Blish, en el de agosto de 1953. Lowndes también fue capaz de adquirir algunos trabajos de no ficción de buena calidad para la revista, incluida una serie de artículos de James Blish sobre la ciencia en la ciencia ficción, y artículos sobre ciencia ficción de Thomas D. Clareson y L. Sprague de Camp. Blish, escribiendo bajo el seudónimo William Atheling, Jr., comentó en 1953 que Lowndes estaba haciendo un «trabajo sorprendentemente bueno» con todas las revistas de ciencia ficción de Silberkleit, a pesar de las bajas tarifas y la lentitud en el pago a los autores.
En 1950 Silberkleit relanzó Future Fiction, y al año siguiente Science Fiction Quarterly también vio la luz de nuevo, con el primer número de la nueva etapa fechado en mayo de 1951. Una nueva revista, Dynamic Science Fiction, le siguió en 1952. Lowndes fue el editor de las tres revistas, todas publicadas en formato pulp. Las ventas eran satisfactorias, pero Silberkleit decidió experimentar con el formato digest, que empezaba a ser más popular. A finales de 1955 canceló Dynamic Science Fiction, cambió Future Fiction al formato digest, y relanzó Science Fiction también en formato digest y bajo un nuevo título, Science Fiction Stories. Sólo Science Fiction Quarterly se dejó en formato pulp, pues Silberkleit creía que una digest trimestral no tendría tanto éxito como una pulp trimestral.Sin embargo los pulp estaban agonizando y cuando Other Worlds se pasó al digest en 1956, Science Fiction Quarterly se convirtió en la única revista de ciencia ficción que todavía se publica como pulp.
En 1957 cerró American News Company, uno de los distribuidores más importantes de la revista, y los cambios resultantes en la red de distribución de la revista a nivel nacional, junto con sus pobres ventas, finalmente acabaron con Science Fiction Quarterly. El último número fue el de febrero de 1958.