Emanuele Taglietti nació en 1943 en Ferrera, en la región de Emilia-Romaña, en Italia. Su padre, Otello Talietti fue un pintor decorador que en la década de los sesenta, tuvo que trabajar como escenógrafo cinematográfico. Por tal motivo, se trasladó con su familia a Roma. Ahí trabajó con los directores más importantes de aquella época, entre los que se encontraban Fellini, Ferreri, Leone y Scola. Mientras tanto, Emanuele estudió diseño en el Centro Experimental de Cinematografía, en Roma, donde consiguió su diplomado en escenografía en el año 1963 y después consiguió trabajo como decorador y asistente de dirección en una treintena de películas participando incluso en algunas escenas televisivas como en las adaptaciones de “La Eneida “y “La Odisea” de Franco Rossi.
Taglietti reconoce que durante su infancia y adolescencia no tuvo contacto con mucho de la cultura norteamericana y que los pulps no llegaron a su país. Esto se debía a que en aquellos años ningún editor habría tenido el coraje de enfrentarse a la respetabilidad y la moral católica imperantes en el periodo de entreguerras. Sin embargo, en Italia no faltaban ilustradores de talento como Gino Boccasile (1901 - 1952) que dibujaba sinuosos cuerpos femeninos y que trataba de evadir los dictámenes de una censura férrea. Sin embargo, aunque sus “mujercitas” eran muy populares en su momento no se comparaban a las pinups gringas y a las seductoras mujeres de los pulps de aquella época.
Sin embargo, a finales de los sesenta y principios de los setenta, movidos tal vez por la Revolución Sexual y los cambios culturales de la época, empezó a surgir cada vez con mayor fuerza el fenómeno del cómic erótico. Los comics (fumetti) tamaño “digest” empezaron a ser cada vez más populares y sobresalieron principalmente por su temática sexual, violenta y terrorífica. Además, el tamaño pequeño permitía que su lectura fuera muy rápida y facilitaba el intercambio entre lectores, además de que sus portadas llamativas suscitaban el interés del publico. Los ilustradores de las portadas tenían manga ancha para exhibir toda la carne femenina que se pudiera, pero, sabedores de la censura, muchos de ellos no firmaban sus trabajos. Por consejo de su amigo Dino Leonetti (autor de Maghelia), y aprovechando su gran experiencia como pintor y escenógrafo, Taglietti decide ir a Milán con tres catálogos de prueba para conseguir trabajo.
Su amigo Leonetti le aconsejó visitar a los tres editores más importantes de cómics eróticos del momento: Edifumetto, Ediperodici e Viano. Decide ir a la primera casa editorial, Edifumetto, y tras una charla con el director de arte pasa a formar parte del grupo de colaborares que trabajan con las portadas. De inmediato le encargar realizar entre 10 y 12 portadas al mes. Esto le permite dejar su trabajo en los sets cinematográficos y trasladarse a Ferrara para comenzar su nueva profesión como ilustrador. Tuvo que retomar sus estudios de anatomía, desnudo y el uso de los tonos color carne, aspectos que había abandonado durante algún tiempo ya que se había dedicado exclusivamente al diseño de arquitecturas y perspectivas. Esto le permitió estudiar a los grandes autores de la pintura y de la ilustración. Taglietti no considera estar inspirado en un autor en particular, aunque considera entre sus influencias a los diseñadores de carteles Cirilo, Gasparri y Cesselon, así como al norteamericano Frazetta, al ilustrador de pin ups Elvgren y a algunos artistas del pulp.
En 1975 Taglietti empezó a enseñar diseño y pintura en su antigua escuela en Ferrara. La técnica que mejor conocía y aplicaba era la témpera. Los colores sólidos y las pinturas de agua eran de lo más utilizado por los artistas italianos de la época. Esta técnica l resultó muy útil en los bocetos de escenografía, así como en los trabajos de pintura mural. Llegó a probar el uso de los colores acrílicos y realizó experimentos con ellos. Se dedicó durante 16 años a la ilustración, sobre todo de portadas de cómics eróticos. Una vez termina esta etapa en su vida (hacia 1988), se dedicó a la pintura al óleo y mural, siguiendo con la enseñanza hasta el año 2000 en que se jubiló. Taglietti reconoce que dejar la docencia fue una decisión que le costó mucho, pero decidió hacerlo para dedicarse completamente a la pintura. Tuvo algunas colaboraciones con los editores Rizzoli y Modadori. Con la editorial Edifumetto realizó cerca de 700 portadas para 34 series como Zora the Vampire, Sukia, Mafia, 44 Magnum, Playcolt y Wallestein the Monster.
En el año 2012 decidió publicar su trabajo gracias a su amistad con un joven profesor napolitano, Vinicio D’Intino. Con la publicación de su blog comenzó a recibir diversas contribuciones de amigos y fans. Quedó patente que el tema de mayor interés eran las portadas de cómics eróticas realizadas entre los años 70 y 80. De ahí que decidiera publicar, en el año 2014, a través de la editorial Korero Press, el libro Sex and Terror: El arte de Emanuele Taglietti, que se agotó rápidamente.
Sobre las portadas hay que comentar que cuando Taglietti decidió en 1988 (año en que se retiró del negocio de la ilustración de revistas) que le devolvieran sus obras originales a la editorial Edifumetto, el editor, Renzo Barbieri, le dijo que todos los originales habían sido robado. Nunca se aclaró el paradero de esas ilustraciones. Misterios de la vida.