Henry Kuttner nació el 7 de abril de 1915 en Los Ángeles, California. Los padres de su padre, el librero Henry Kuttner (1863-1920), procedían de Leszno en Prusia y vivían en San Francisco desde 1859; los padres de su madre, Annie Levy (1875-1954), eran de Gran Bretaña. El bisabuelo de Henry Kuttner fue el académico Josua Heschel Kuttner. Kuttner creció en relativa pobreza tras la muerte de su padre. Durante su juventud trabajó para una agencia literaria perteneciente a un tío hasta que vendió su primer cuento, el terrorífico "The Graveyard Rats" ("Las ratas del cementerio"), a la revista pulp Weird Tales, en 1936 a la edad de 21 años iniciando así su carrera literaria. Él y la que habría de ser su esposa unos años después, la escritora Catherine L. Moore, entraron en contacto con el Círculo de Lovecraft, un grupo de escritores y admiradores que mantenían correspondencia con el escritor de Providence, Howard Phillips Lovecraft, en el que también intervinieron otros grandes escritores como Robert Bloch y Clark Ashton Smith.
En este número publicó por primera vez Kuttner
Aquí se publicó por primera vez "El horror de Salem"
A petición de Farnsworth Wright, editor de Weird Tales, inventó a Elak de Atlántida. A raíz de la muerte de Robert E. Howard, se le pidió que escribiera algo similar a los relatos de Conan. Kuttner casi lo mejora. Los relatos del ciclo Elak de Atlántida son "Trueno en el amanecer" (1938), "Engendro de Dagón" (1938), "Más allá del Fénix" (1939) y "Dragón Luna" (1940).
Fue amigo de un jovencísimo Ray Bradbury, a quien ayudó en sus primeras andanzas literarias. Entre las obras más populares de Kuttner se encuentran las historias de Gallegher, publicadas con el nombre de Padgett, sobre un hombre que inventaba soluciones de alta tecnología a los problemas de sus clientes (con la ayuda de su robot insufriblemente ególatra) mientras estaba borracho, para después ser completamente incapaz de recordar exactamente qué había construido o por qué lo había hecho. Estas historias se recopilaron más tarde en Robots Have No Tails. En su introducción a la edición de 1973 de Lancer Books, Moore afirmó que Kuttner escribió todas las historias de Gallegher él mismo.
Tras casarse en 1940 con la escritora C. L. Moore (creadora del personaje Jirel de Joiry y una de las primeras mujeres en escribir ciencia ficción y fantasía, con plena dedicación de tiempo abriendo así el camino a otras muchas mujeres en este campo) se mudó a Nueva York. El matrimonio escribió muchas obras de manera conjunta. Sus relatos se publicaron en muchas de las revistas pulp del momento.
Henry y Catherine son un caso especial. El escritor y estudioso L. Sprague de Camp, que conoció bien al matrimonio, ha afirmado que su colaboración era tan estrecha que, después de terminar una historia, era imposible determinar qué trozo había escrito cada cual. Los esposos reconocían que el motivo de trabajar juntos era que Henry lo hacía más rápido que Catherine, aunque algunas personas han dicho que fue ella la autora de tres cuentos atribuidos a su marido. En muchas ocasiones Henry dejaba a la mitad el texto en la máquina de escribir y llegaba Catherine a continuar lo que su marido había dejado inconcluso. En otras, era ella la que empezaba y él continuaba más adelante.
Su trabajo en colaboración abarcó los años 40 y 50, y la mayoría de los relatos fue publicada con pseudónimos. Se ha considerado que Henry Kuttner fue uno de los escritores que más seudónimos ha utilizado (16 en total), algunos de ellos son: Paul Edmons, Noel Gardner, James Hall, Keith Hammond, Hudson Hastings, C.H. Liddell, K.H. Maepen, Scott Morgan, Lawrence O'Donnell, Robert O'Kenyon, Woodrow Wilson Smith y Will Garth.
Escribió en colaboración con su mujer algunas de las mejores novelas de ciencia ficción de los años 50. Fue el inventor a casi de lo que se conoce como fantasía oscura, que imitaba en un principio la obra de Abraham Merritt, con obras como La máscara de Circe. También trabajó como guionista para radio y televisión. Fue reconocido por la fuerza de su prosa y la intensidad de sus historias.
Añorando su tierra, volvió con Moore a California, lugar donde ambos iniciarían en1950 estudios universitarios en la carrera de Psicología. Como se había pasado la mayor parte de su vida escribiendo, no sorprende que no hubiera tenido tiempo de acudir a la universidad hasta una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, momento que aprovechó para acogerse al acta que permitía acceder a la universidad a los veteranos de guerra.
Sus historias de fantasia y ciencia ficción fueron publicadas por revistas como Future, Thrilling Wonder y Planet Stories. También escribió novelas como Fury y Mutant, No hay duda de que el talento de Kuttner residía principalmente en el relato corto. Mutant es una amalgama de cinco novelas y Fury, su única novela verdadera de ciencia ficción, se considera material secundario. Sin embargo, muchas de sus obras más breves que se encuentran entre los logros más importantes en el campo y son constantemente impresas. El crítico James Blish, considera que la calidad de la escritura de Kuttner no solo era algo raro en la ciencia ficción sino en la literatura en general.
A principios de la década de 1950, Kuttner y Moore, ambos alegando cansancio de la escritura y agotamiento creativo, se apartaron de la ciencia ficción. Los esposos habían obtuvieron sendos títulos universitarios en psicología por parte de la Universidad del Sur de California y Henry Kuttner, inscrito en un programa de maestría, planeaba ser psicólogo clínico. Henry Kuttner dedicó sus últimos años de vida a completar su tesis doctoral.
Henry Kuttner murió repentinamente mientras dormía, probablemente de un derrame cerebral, el 4 febrero de 1958 en Los Ángeles, a la edad de 42 años; Catherine Moore, tiempo después, se volvió a casar con un médico y sobrevivió a Henry casi tres décadas. Ella nunca volvió a publicar. Sin embargo, se mantuvo en contacto con la comunidad de la ciencia ficción y fue invitada de honor en la Convención Mundial de Denver en 1981. Murió de complicaciones de la enfermedad de Alzheimer en 1987. Pero C. L. Moore es una historia aparte.
Marion Zimmer Bradley es uno de los muchos autores que han citado a Kuttner como una influencia. Su novela The Bloody Sun está dedicada a él. Roger Zelazny ha hablado sobre la influencia de The Dark World en su serie Amber .
El amigo de Kuttner, Richard Matheson, dedicó su novela de 1954 “Soy leyenda” a Kuttner, agradeciendo su ayuda y aliento. Ray Bradbury ha dicho que Kuttner en realidad escribió las últimas 300 palabras de la primera historia de terror de Bradbury, "The Candle" (Weird Tales, noviembre de 1942). Bradbury se ha referido a Kuttner como un maestro olvidado y un "escritor granado: lleno de semillas, lleno de ideas". La novela de William S. Burroughs “El boleto que explotó” contiene citas directas de Kuttner sobre el monstruo de placer parasitario "Happy Cloak" de los mares de Venus.
Harold Gauer y Robert Bloch con C.L. Moore y Henry Kuttner, quienes estaban de visita desde California. Están parados afuera en una pared frente al apartamento de los padres de Bloch.
Mary Elizabeth Counselman creía que la costumbre de Kuttner de escribir bajo seudónimos muy variados lo privó de la fama que debería haber tenido. "A menudo me he preguntado por qué Kuttner eligió ocultar su talento detrás de tantas caras falsas sin ningún motivo editorial... Es cierto que lo divertido está en fingir ser otra persona. Pero Kuttner se engañó a sí mismo con tanta fama que merecía enormemente al ocultar luz bajo un celemín de seudónimos que muchos fans no sabían que eran suyos. Seabury Quinn y yo lo reprendimos por esto".
Como nota adicional se dirá que Henry Kuttner, durante los años de 1944 a 1946 escribió varias historias para el personaje Green Lantern de la Edad de Oro.
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