Clark Ashton Smith nació el 13 de enero de 1893 en Long Valley, California a unas seis millas al sur del pueblo de Auburn, cerca del cual Smith vivió la mayor parte de sus sesenta y ocho años en una pequeña cabaña en medio del bosque. Sus padres, Fanny y Timeus Smith formaban una familia pobre de clase trabajadora. Clark Ashton Smith fue pobre la mayor parte su vida y tuvo que trabajar de innumerables oficios para poder comer y mantener a su familia. Se vio obligado a repartir su tiempo entre la literatura, el oficio de albañil y tareas como la recolección de frutas, el corte de madera, entre otros oficios. No obstante, estos sacrificios laborales no le impidieron demostrar sus aptitudes para la pintura y escultura, pues además de poeta y creador de historias de fantasía, terror y ciencia ficción, el estadounidense Clark Ashton Smith fue pintor y escultor.
Su educación formal fue muy limitada ya que sólo fue a la escuela ocho años en los que realizó la primaria. Sin embargo, esta circunstancia no fue un obstáculo para que se instruyera de manera autodidacta y encontró en la lectura la mejor forma de acumular información. Smith fue, casi por completo, un hombre que se educó a sí mismo. Se dice que leyó todas las palabras del Diccionario Completo de Oxford y que leyó varias veces la Enciclopedia Británica completa. Aprendió por su cuenta francés y español, lo suficientemente bien como para traducir a Baudelaire, Leconte, de L´isle, Calcaño y Heredia. Sus traducciones de Les Fleurs du Mal, de Baudelaire, son consideradas excelentes.
Smith empezó a escribir historias a la edad de once años y dos de ellas, The Sword of Zagan y The Black Diamonds, han sido editadas recientemente. La Edad Media, Las mil y una noches, los Hermanos Grimm y Edgar Allan Poe fueron las influencias más importantes de sus primeros cuentos. Cuando tenía alrededor de veinte años formó parte del círculo bohemio literario y artístico del área de San Francisco, un círculo que incluía a gente como Jack London, Ambrose Bierce y Joaquin Miller.
Smith fue admitido en aquellos ambientes y se convirtió en el protegido del poeta George Sterling a quien conoció durante la lectura de uno de sus poemas en el Auburn Monday Night Club, donde Smith declamaba sus poemas con mucho éxito. Sterling conocía bien a Bierce y Smith admiraba profundamente a este maestro americano de lo macabro, de forma que es bastante posible que los dos se conocieran antes de que Bierce viajara a México donde habría de desaparecer para siempre.
George Sterling le ayudó a publicar su primer volumen de poesías: The Star-Treader and Other Poems, con diecinueve años. The Star-Treader fue valorado muy positivamente por la crítica, incluso uno de ellos dijo que Smith era el “Keats del Pacífico”. Cuando publicó su segundo volumen de poesía, Ebony and Cristal, en 1922, recibió la carta de un fan: H. P. Lovecraft. A partir de esta carta se inició su amistad, que duró 15 años sin que nunca llegaran a verse en persona. Lovecraft le propuso que publicara en la revista Weird Tales.
Farnsworth Wright, el brillante editor de Weird Tales, rechazó varios de los primeros cuentos de Smith; pero, al fin, aceptó la traducción en prosa de tres poemas de Baudelaire, la cual se publicó en el número de agosto de 1928. En el número de septiembre de ese mismo año, Smith pudo publicar su primera historia original para Weird Tales: "El esqueleto número nueve". Así pues, desde de su primer relato publicado 1928 hasta 1936 produjo más de un centenar de cuentos y novelitas que habrían de consagrarlo para la posteridad.
Junto con sus colegas y amigos epistolares H.P. Lovecraft y R.E. Howard, Clark Ashton Smith, formó parte del grupo conocido como «los tres mosqueteros de Weird Tales», que nutrió las páginas del popular magazine con relatos fantásticos y de terror, contribuyendo al auge de la revista en su era dorada (1928-1939) y creando un nuevo tipo de ficción de terror.
Escribió la mayor parte de sus cuentos dentro de los Mitos de Cthulhu, inspirado por Lovecraft. Algunas criaturas de su invención son: Aforgomon, Rlim-Shaikorth, Mordiggian, Tsathoggua, Quachil Uttaus, el brujo de Eibon y muchos otros. Además, participó y creó en otros muchos ciclos mitológicos: Averoigne, Hyperborea (de Robert E. Howard), Marte, Poseidonis, Xiccarph y Zothique. Sus cuentos aparecieron en numerosas revistas pulp de la época, de las más a las menos importantes: Weird Tales, Strange Tales, Astounding Stories, Stirring Science Stories y Wonder Stories.
«C. A. Smith –comentaba Lovecraft– utiliza siempre como fondo un universo tremendamente remoto y paralizante: selvas de flores venenosas e iridiscentes en las lunas de Saturno, ominosos y grotescos templos en la Atlántida, en Lemuria y en olvidados mundos más antiguos, y pantanos malsanos y húmedos salpicados de hongos mortíferos en regiones espectrales más allá de los confines de la tierra».
La obra de Clark Ashton Smith se caracteriza por la exquisitez de su prosa poética y su inquietante y conseguida atmósfera macabra, todo ello heredado del poeta francés Charles Baudelaire y del movimiento simbolista. También es muy evidente en su obra la influencia de la obra Vathek del inglés William Beckford. Otro autor de gran impacto en Clark Ashton Smith fue Gustave Flaubert y en especial sus obras Salambó y Las tentaciones de San Antonio.
A su vez, la influencia de Clark Ashton Smith en el marco de la fantasía y ciencia-ficción posterior a su época es de cierto nivel, aunque su obra todavía no es tan conocida entre una gran masa de lectores como lo son la de Lovecraft o Howard. Entre los autores que se han declarado admiradores y deudores de Smith se pueden nombrar a Ray Bradbury, L. Sprague de Camp, Lin Carter, Fritz Leiber y Theodore Sturgeon. Bradbury afirmaba que fue la lectura de "La ciudad de la llama que canta" y "Señor del Asteroide" de Smith los que le animaron a convertirse en escritor.
A pesar del temprano éxito literario y el hecho de que vivía a sólo cien millas de la gran ciudad, Smith eligió una solitaria vida tranquila en las estribaciones de la Sierra. El suicidio de Robert Ervin Howard, en 1936 y la muerte de Lovecrat en 1937 así como la de sus propios padres (Fanny en 1935 y Timeus en 1937), le sumieron en una profunda desesperación y prácticamente dejó de escribir. Sólo pudo terminar otros doce relatos desde 1937 hasta 1961.
En 1953 sufrió un infarto, lo que no le impidió casarse un año después con Carol Jones Dorman, una divorciada con tres hijos, el 10 de noviembre de 1954 y se trasladaron a Pacific Grove, California, donde levantaron una casa para ellos y los niños. Conforme su interés por la literatura empezó a decaer se fue dedicando cada vez más a la escultura y a la pintura.
Pasaría sus últimos años, en la pequeña localidad de Auburn, California, lugar donde nació, en una relativa oscuridad. Tras varios ictus previos, murió mientras dormía a los sesenta y ocho años el 14 de agosto de 1961. Al igual que muchos grandes artistas, el reconocimiento y aprecio han llegado a título póstumo. En las últimas décadas, un resurgimiento de interés en sus obras ha llevado a numerosas reimpresiones, así como críticas de los expertos.