En 1970 Lin Carter realizó una selección de cuentos de Clark Ashton Smith que abarcaban el llamado Ciclo de Zothique. La edición en español se publicó en el 2011 como Zothique, el último continente (Valdemar). A continuación el prólogo que escribió para su selección. Que lo disfruten.
CUANDO EL MUNDO ENVEJEZCA
Lin Carter
"Yo me voy...; pero en esta solitaria y ruinosa torre, construida contra el ataque de los mares del cambio, permanecerán mis libros y mis hechizos..."
Al hablar de la edad dorada de Weird Tales, nos referimos fundamentalmente a la década 1928-1939, cuando esta importante publicación americana, dedicada a lo maravilloso y a lo fantástico, alcanzó un nivel que nunca volvió a lograr, aunque la revista continuó hasta el número correspondiente a septiembre de 1954.
Durante aquella década, la publicación fue denominada principalmente por tres escritores fantásticos de inmenso talento cuya popularidad e influencia iba a acrecentarse continuamente con el paso de los años. Estos tres escritores eran, por supuesto, H. P. Lovecraft (1890-1937), Robert E. Howard (1906- 1936) y Clark Ashton Smith (1893-1961). De estos tres hombres, igualmente bien dotados —y que eran todos buenos amigos y mantenían contacto epistolar, aunque no creo que llegasen a conocerse personalmente—, el único que todavía no es tan ampliamente conocido como su categoría artística se merece es Clark Ashton Smith.
Es de esperar que este volumen ayudará a que su talento, agudo e imaginativo, sea conocido por los miles de entusiastas de la literatura fantástica que hasta ahora no habían conocido a este escritor.
Smith nació el 13 de enero de 1893 —tres años después de la muerte de William Morris y un año después del nacimiento de J. R. R. Tolkien—, en Long Valley, California. Esto estaba unas seis millas al sur del pueblo de Auburn, cerca del cual Smith vivió la mayor parte de sus sesenta y ocho años en una pequeña cabaña en medio del bosque, hasta su matrimonio, en 1954, con Carol Jones Dorman, después del cual él y su esposa se trasladaron a otra ciudad californiana, Pacific Grove.
En forma muy parecida a Lovecraft, Smith vivió durante la mayor parte de su vida como un recluso, en una especie de exilio de su época que él mismo se había impuesto. Cuando tenía poco más de veinte años formó parte del círculo bohemio literario y artístico del área de San Francisco, un círculo que incluía a gente como Jack London, Ambrose Bierce Bret Harte y Joaquin Miller. Smith fue admitido en aquellos ambientes como el protegido del poeta George Sterling, que posiblemente le presentase a Bierce durante el par de meses que aquel cínico, amargo y desilusionado pasó en San Francisco antes de partir a su solitaria y todavía inexplicable muerte en Méjico; Sterling conocía bien a Bierce y Smith admiraba profundamente a este maestro americano de lo macabro, de forma que es bastante posible que los dos se conocieran.
Smith dejó de escribir poesía para escribir cuentos cortos alrededor de 1925. Farnsworth Wright, el brillante editor de Weird Tales, rechazó varios de sus primeros cuentos; pero, al fin, aceptó un ciclo de tres poemas en prosa que aparecieron en el número de agosto de 1928, seguidos en el número siguiente, el de septiembre, por la primera historia original para Weird Tales: El esqueleto número nueve. Sin embargo, Smith no se dedicó en serio a escribir en la forma de cuentos cortos hasta principios de la depresión. Puso manos a la obra alrededor de 1929; entre esta fecha y agosto de 1936 produjo más de un centenar de cuentos y novelitas. A partir de ese momento, y por alguna razón desconocida, dejó prácticamente de escribir, aunque todavía se encontraba a principios de los cuarenta. Los restantes veinticinco años de su vida—murió el 14 de agosto de 1961—produjeron únicamente una obra insignificante. Nadie ha aventurado todavía una explicación convincente del porqué de este extraño y desafortunado declive.
Smith fue, casi por completo, un hombre que se educó a sí mismo. Aunque terminó la enseñanza elemental, él mismo decidió no ir a la escuela secundaria ni a la universidad. Parece que decidió dirigir él mismo su propia educación y tener la menor relación posible con el Establishment —una vez rechazó lisa y llanamente el ofrecimiento de una beca Guggenheim—. Este experimento de autoeducación —se rumorea que consistió fundamentalmente en leerse todas las palabras del Diccionario Completo de Oxford y la Enciclopedia Británica completa, no una vez sino varias—, parece haber sido extraordinariamente satisfactorio. Porque Smith no sólo dominó uno de los más complejos y lapidarios estilos prosísticos de la literatura americana, sino que también aprendió por su cuenta francés y español, lo suficientemente bien como para traducir a Baudelaire, Leconte, de L´isle, Calcaño y Heredia. Sus traducciones de Les Fleurs du Mal, de Baudelaire, son consideradas excelentes.
Cualesquiera que fuese la forma de su autoeducación, Smith se convirtió en pintor, escultor, traductor y poeta, además de autor de varios volúmenes de cuentos. La mayor parte de sus obras de ficción y en verso han sido publicadas por Arkham House, una pequeña editorial de Sauk City, Wisconsin, que bajo la dirección de August Derleth se ha dedicado, durante los últimos treinta años, a conservar las obras de la mayoría de los grandes escritores de Weird Tales en unas ediciones dignas.
Los cuentos de Clark Ashton Smith son muy personales y, en América, no se ha escrito nada parecido, por lo menos desde Poe. Los verdaderos progenitores de su estilo en prosa son Vathek, de William Beckford, la siniestra y erótica novela del "Gótico Oriental", y dos obras de Gustave Flaubert: la exuberante novela Salambó, ambientada en Cartago, y la fantasmagórica extravagancia Tentation de Saint Antoine. La rica y vagamente evocativa prosa de Smith está más próxima al estilo de estas tres novelas que al de Lovecraft o cualquiera de los escritores más recientes sobre lo macabro. Pero las influencias que él admitía más frecuentemente fueron las de Robert W. Chambers, Ambrose Bierce y Edgar Allan Poe.
Las obras cortas de ficción de Smith —una vez comenzó una novela, pero la abandonó después de escribir unas diez mil palabras—se dividen en varios grupos. Hay ciclos de cuentos con un fondo mítico e imaginario como Hyperborea y Atlantis; ciclos situados en los imaginarios países medievales de Malneant y Averoigne, y unas cuantas historias situadas en el planeta Xiccarph.
Smith concibe Zothique como el último continente de la tierra en un futuro muy lejano, cuando el sol se va oscureciendo, el mundo ha envejecido y los océanos han cubierto, despiadadamente, los restantes continentes terrestres, el paso de largos siglos ha hecho que las ciencias hayan sido olvidadas, y las sombrías artes de la hechicería y la magia vuelven a florecer. El resultado es un oscuro mundo de antiguo misterio, donde reyes lujuriosos y decadentes y héroes vagabundos persiguen aventuras a través de penumbrosos paisajes, desafiando con su fuerza y sabiduría a magos poderosos y dioses extraños, bajo un sol moribundo.
El imperio de los nigromantes parece haber sido el primero de estos cuentos, por lo menos fue el primero en ser publicado en Weird Tales, en septiembre de 1932. En 1933 apareció un segundo cuento; cuatro más en 1934. El último cuento del ciclo apareció en Weird Tales en marzo de 1948.
El concepto de Smith de un continente último donde la magia ha renacido y domina el ocaso de la humanidad, como lo hizo en su amanecer, ha demostrado poseer una considerable influencia en escritores posteriores. Varios libros han empleado la misma idea, entre ellos El libro de Ptath, de A. E. Van Vogt (1947); mientras Jack Vance utilizó idéntico tema en Tierra moribunda (1950), y su continuación, Los ojos del otro mundo (1966). Yo también empleé esta idea en una novela titulada El gigante del fin del mundo (1966). Una reciente colección conmemorativa de artículos y homenajes dedicados a la memoria de Smith fue reunida por Jack Chalker para Anthem Press en una edición limitada de 450 ejemplares solamente. En ella escritores como Fritz Leiber, Ray Bradbury, Theodore Sturgeon y L. Sprague de Camp expresaron su entusiasmo por Smith y su influencia en sus propias obras.
La presente colección de todos los cuentos de Zothique les presentará a uno de los gigantes de la fantasía moderna, un hombre complejo, brillante, y enigmático, con grandes cualidades.
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